Jamás actúes desde el enojo
Cuando te enojas y te das cuenta que tu enojo va creciendo, y te está seduciendo a actuar, en una forma que después te arrepientes, no hables con nadie y detente. Aquiétate, no pienses; mantente derecho y observa tu respiración. Aléjate de lo que estás haciendo o con quien estás, para estar solo contigo un momento.
¡Reprime el impulso de hacer algo! Concéntrate en tu respiración, respira más profundo y exhala con fuerza, llena tu vientre, tus pulmones y todo tu cuerpo con aire; exhala fuerte mientras vuelves a tomar aire de nuevo y repítelo varias veces.
Recuerda a pesar de tu deseo de actuar en ese instante, y a pesar que te parece justo el momento para hacerlo ¡no lo hagas! Puede ser que te sientes muy fuerte, y es casi irresistible el deseo de seguir el impulso de actuar o decir algo, te invito a exhalar todo esa energía con fuerza y ¡no hagas nada! ¡no digas lo que crees que quieres decir o que crees que quieres hacer!
La fuerza del enojo es una fuerza destructiva, y nada de lo que ahora dices o haces es útil para ti o para las demás personas ahora o después. Sigue respirando en forma consciente, acepta tu enojo, experiméntalo y sobre todo ¡No lo resistas! Resistirlo lo fortalece.
Con coraje dile que se aleje, a pesar de lo dulce y seductor que te parezca seguirlo alimentando, no necesitas ese enojo.Y cuando empiezas a sentir que el enojo va bajando, déjalo ir, no lo vuelvas a atraer. Date cuenta cuando el enojo ya bajó puede ser que en un instante se te sube de nuevo, y te seduce con más fuerza a decir o hacer cosas, de las que después te arrepientes; nuevemente detente no hagas nada, aquiétate, no pienses, mantente derecho, inhala y exhala con fuerza varias veces.
Repite este proceso las veces que sea necesario, rindete y deja ir tu resistencia permitiendo lo que sientes tal como es. Tu estás siendo lo que puedes ser en cada momento, todo esta bien. Confia, este enojo va a desaparecer… llegó de la nada y a la nada regresa. Date cuenta cuando tus puños, tus brazos y todo tu cuerpo empieza a relajarse; y la energía vuelve a fluir; estáte contigo “Ahora estáte contigo”
¡El enojo no es lo que eres en esencia; lo que eres es inamovible e imperturbable, lo que eres es la consciencia que es consciente de tu enojo. Recomendación para transformar tus enojos: Sólo nota tus enojos. No los juzgues. Retira tu atención del enojo cada vez que lo notes. Relájate y dirige tu atención a la conciencia observando conciencia. Sugerencia: 5 minutos una vez al día durante 21 dias.