No te subas al tren
Todos los días parecen entrar y salir miles de trenes a una estación de tren. Todos los trenes se dirigen a un destino diferente, con una velocidad propia, y cada tren con un contenido único. La estación de tren, a través de la cual todos los trenes pasan, es neutra. No se toma personal ni los destinos, ni la velocidad, ni cuándo entran o salen, ni hacia dónde se mueven los trenes. La estación de tren es lo que es, un ancla que es lo que es y no Es. Los trenes son nuestras historias aparentes, la estación del tren es nuestra esencia, y cada vez que nos subimos a un tren, y nos perdemos en el contenido de una historia, perdemos nuestra ancla, y sufrimos. Escucha cuando se acerque un tren a tu estación, cuando se acerca una historia, dale la bienvenida, tolera el ruido y la intensidad, cuando va llegando, cuando entra y, a pesar de que parece intolerable, no te muevas, permítelo, sólo es un tren una historia, tú no eres el tren, tú no eres esta historia. El tren sólo entra y sale, no se queda, ni la historia más incómoda se queda para siempre, sólo son momentos. Mantente en tu ancla, no te muevas. No te subas al tren.